El más patético intento de responder al reto que la Complejidad Irreducible plantea al evolucionismo darwinista

El más patético intento de responder al reto que la Complejidad Irreducible plantea al evolucionismo darwinista
por Michael Behe
23/04/2006

Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2006 - http://www.sedin.org/
Original inglés en http://www.idthefuture.com/2006/04/the_lamest_attempt_yet_to_answ.html // http://www.idthefuture.com/


El estudio de Bridgham et al (2006) publicado en el número de 7 de abril de la revista Science es el más patético de los intentos hasta ahora —y quizá el más patético posible— de esquivar el problema que la complejidad irreducible plantea al Darwinismo.

La esencia del estudio es como sigue: los autores comenzaron a partir de una proteína que ya tiene la capacidad de interaccionar intensamente con tres clases de hormonas esteroideas (aldosterona, cortisol, y «DOC» [11-desoxicorticosterona]. Después de inducir diversas mutaciones simples la proteína interactuaba de forma mucho más débil con todos estos esteroides. En otras palabras, se hizo disminuir una capacidad preexistente.
¡Aquí tenemos la hazaña! Y el hecho de que este estudio tan sumamente modesto y sustancialmente irrelevante sea hinchado a bombo y platillo con comunicados de prensa, con un comentario en la revista Science por Christoph Adami, y con reportajes aparecidos y por aparecer en los medios de comunicación, demuestra la enorme ansiedad que algunos personajes padecen acerca de la tesis del Diseño Inteligente.
En este estudio, los autores querían observar si dos proteínas modernas relacionadas llamadas receptor de glucocorticoide (GR) y receptor de mineralocorticoide (MR) se podían derivar a partir de una proteína ancestral común. Usando un inteligente análisis, los autores prepararon una proteína que creían que representaba a la proteína ancestral. Esta proteína liga a diversas hormonas de estructura semejante, como lo hace la moderna MR. Entonces introdujeron dos cambios de aminoácidos en la proteína que se encuentran en la moderna GR. Los dos cambios llevaron a que la proteína ancestral ligase las diferentes clases de hormonas con una intensidad de entre diez a mil veces más débil- Esta proteína ligaba la aldosterona unas tres veces más débilmente que el cortisol. Los autores observan que la moderna GR (en tetrápodos) también liga la aldosterona más débilmente que el cortisol. De modo que quizá, según este modo de pensar, un gene ancestral que pudiera ligar ambas hormonas se duplicó en el pasado, en el que una copia acumuló dichas dos mutaciones para llegar a ser la moderna GR, mientras que la otra copia llegó a ser la moderna MR.

A continuación doy unos comentarios como respuesta:
  1. Esto es una continuación de la venerable tradición darwinista de hacer grandiosas afirmaciones basadas en resultados insignificantes. No hay nada en este artículo que un proponente del DI piense que quede fuera del alcance de las mutaciones aleatorias y de la selección natural. En otras palabras, presentan una falsa imagen del adversario a batir.

  2. Los autores (incluyendo a Christoph Adami en su comentario) redefinen a su propia conveniencia la «complejidad irreducible» hasta términos ínfimos. Desde luego, yo no clasificaría el sistema de ellos como de CI. Los sistemas de CI que yo traté en La Caja Negra de Darwin contienen una multiplicidad de factores proteínicos activos. En cambio, el «sistema» de ellos se compone de solo una proteína y su ligando. Aunque en la naturaleza el receptor y el ligando forman parte de un sistema mayor que entonces posee una función biológica, el fragmento del sistema mayor que ellos han escogido no hace nada por sí mismo. En otras palabras, los componentes aislados con los que trabajan no son de complejidad irreducible.

  3. En el experimento ¡sólo cambiaron dos residuos de aminoácidos! No se añadieron nuevos componentes, ni se eliminaron componentes viejos.

  4. En este experimento no se produjo nada nuevo; más bien, lo que se hizo fue debilitar la capacidad preexistente de una proteína para ligar diversas moléculas. Los investigadores comenzaron sus experimentos con una proteína que puede ligar intensamente diversos esteroides de estructura muy similar, y acaban con una proteína que, como mucho, liga algunos de los esteroides diez veces menos enérgicamente. (Figura 4C)

  5. Estos resultados no difieren del desarrollo de resistencia a los antibióticos, donde unos cambios de un solo aminoácido pueden llevar a que disminuya la afinidad de una toxina a una proteína determinada (por ejemplo, la resistencia a la warfarina en ratas, y la resistencia a diversos medicamentos contra el SIDA). Los proponentes del diseño inteligente están plenamente de acuerdo en que estos cambios se pueden conseguir mediante mutación al azar y selección natural.

  6. En el intermedio «menos prometedor» (L111Q) la proteína ha perdido esencialmetne su capacidad de ligar con ningún esteroide. En el caso de la proteína intermedia «más prometedora» (la que presenta únicamente la alteración S106P), la proteína ha perdido alrededor del 99% de su capacidad de ligar DOC y cortisol, y ha perdido alrededor del 99,9% de su capacidad de ligar aldosterona. (Figura 4C)

  7. Aunque los autores implican (y Adami lo afirma de manera directa) que la proteína que ha sufrido mutación es específica para el cortisol, de hecho también liga aldosterona con alrededor de la mitad de la afinidad. (Comparar las curvas roja y verde en la gráfica inferior de la derecha de la Figura 4C.) Lo que es más, hay en realidad una diferencia mucho más grande (alrededor de 30 veces) en la afinidad de la ligadura para la aldosterona y el cortisol con la proteína inicial, ancestral, que con la proteína final, objeto de la mutación (alrededor del doble). De modo que la capacidad de la proteína para discriminar entre ambos ligandos ha disminuido diez veces.

  8. Uno pensaría que la disminución en cien veces de la capacidad de ligar un esteroide constituiría al menos inicialmente un cambio muy perjudicial que sería eliminado por la selección natural. Los autores no ponen esto bajo ensayo; sencillamente dan por supuesto que no constituiría un problema, o que el problema podría de alguna manera solucionarse fácilmente. Ni ponen a ensayo su especulación de que el DOC podría actuar de alguna manera como un ligando intermedio. En otras palabras, de modo típicamente Darwinista, los autores pasan por encima con sus imaginaciones lo que en realidad constituirían unas dificultades biológicas sumamente graves.

  9. Que unos resultados tan modestos sean proclamados tan a bombo y platillo se debe más, sospecho yo, a la antipatía que muchos científicos sienten contra el Diseño Inteligente que al valor intrínseco del experimento mismo.

  10. En conclusión, los resultados (e incluso el imaginado pero problemático escenario) quedan bien dentro de lo que un proponente del Diseño Inteligente ya esperaría que pudieran hacer los procesos de mutación y selección natural, de modo que esto no afectará a nuestra valoración de su mérito científico. ¡Pero es encantador saber que la revista Science nos tiene en mente!
Nota del editor. Para información adicional en inglés, pulse aquí.

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