El hombre primitivo era como nosotros
Los humanos y los Neandertales, uno y lo mismo). Y ahora hay algunos evolucionistas que afirman que los «eslabones perdidos» de camino a los hombres modernos eran todos interfértiles con nosotros. (
Arriba: Homo ergaster; abajo: Homo erectus tautavelensis(Ilustraciones cortesía de Luna04). Estas clasificaciones basadas en morfología externa resultan barridas por los datos que exponen su pertenencia al mismo fondo genético del Homo sapiens, junto también con el Homo neanderthalensis.
Más revisión sobre los Neandertales: En BBC News se informaba de trabajos en la Cuva Jersey que indica que «los Neandertales han sido ampliamente subestimados». Desde los tiempos de Darwin, a estos individuos se los representaba como brutales prehumanos, pero ahora se les vuelve a contemplar como inteligentes, llenos de recursos, bien adaptados, fabricantes de herramientas, miembros con éxito del Homo sapiens que probablemente avergonzarían a los humanos modernos en muchos sentidos. Pero todo esto es académico, porque estudios genéticos han indicado recientemente un significativo cruce entre los Neandertales y los humanos «modernos» (8/12/2011). Svante Pääbo, «el hombre que está reescribiendo la evolución humana», fue entrevistado por New Scientist. A la pregunta: «¿Acaso el descubrimiento de los denisovanos suscita laposibilidad de que antes compartíamos el planeta con otros tipos de humanos extinguidos», respondió con un «Sí». También está de acuerdo en que el llamado Homo floresiensis, los «Hobbits» de Indonesia, son probablemente «una primitiva divergencia a partir de humanos modernos».
El taller de herramientas del Homo erectus: Otro descubrimiento repite el cliché del «más antiguo de lo esperado» que se encuentra frecuentemente en los reportajes evolucionistas. Science Dailyanunciaba: «Un nuevo estudio sugiere que el Homo erectus, un precursor de los humanos modernos, estaba usando unosavanzados métodos de fabricación de herramientas en África Oriental hace 1,8 millones de años, al menos 300.000 años antes de lo que se creía anteriormente». El artículo absorbía los daños a la teoría evolucionista con la siguiente subestimación: «Este estudio ... suscita nuevas cuestiones acerca de en qué lugar se originaron estos altos y esbeltos humanos primitivos, y cómo desarrollaron una sofisticada tecnología de fabricación de herramientas».
Además, el artículo decía que el descubrimiento de herramientas calificadas de Achelenses, «un gran salto tecnológico» para este grupo, no resuelve otros debates acerca de dónde se originó el Homo erectus – África o Asia. Uno de los investigadores «se sintiódesconcertado» por el descubrimiento de avanzadas herramientas en «el yacimiento Achelense más antiguo del mundo» a solo diez kilómetros de donde Richard Leakey encontró al «Niño de Turkana» en 1984, anunciado en aquel entonces como un eslabón perdido (véase artículo en Penn State). En BBC News se describían las herramientas de piedra Achelenses como las «navajas suizas» de la Edad de Piedra, útiles a la vez para cortar animales pesados y para talar árboles.
El artículo original en Nature añade otra complicación.1 El descubrimiento de herramientas Achelenses en un yacimiento tan antiguo del Homo erectus en Africa, demanda otra modificación de la «Hipótesis de la Migración de África»: los individuos que salieron de África tuvieron que perder esta tecnología durante su migración, o bien había dos grupos. Lepre et al. escribía: «Uno de estos grupospodría haber desarrollado la tecnología Achelense pero haberpermanecido en África. El otro podría haber carecido de la capacidad cognitiva y/o del conocimiento tecnológico para fabricar la tecnología Achelense y no la llevó a Eurasia». Queda por ver si nadie encontrará este cuento convincence.
Flujo genético: ¡Paren las prensas! Todo lo que acabamos de leer hasta ahora ya no importa. Un nuevo estudio de Michael Hammer publicado en PNAS dice ahora que el Homo erectus y los humanos modernos eran interfértiles. Esto los convierte en miembros de la misma especie. «Hemos encontrado prueba de hibridación entre humanos modernos y formas arcaicas en África», decía Hammer en PhysOrg. «Parece que nuestro linaje siempre ha intercambiado genes con sus vecinos más morfológicamente divergentes». Reconociendo que los genes de los Neandertales «no son tan diferentes respecto de los humanos modernos», ha expandido ahora el fondo genético para que incluya al Homo erectus. Y por cuanto el Homo erectus es casi indistinguible delHomo ergaster, según la proevolucionista Wikipedia, estas distinciones también se derrumban. El flujo genético entre H. sapiens, H. neanderthalensis, H. erectus, H. floresiensis, H. ergaster y posiblemente otros tipos hace que la clasificación conocida sea puramente arbitraria: distinciones sin una verdadera diferencia.
Buscando marcadores genéticos en un modelo de genética de poblaciones, Hammer estimó alrededor de dos o tres por ciento de restos de ADN arcaico en el moderno genoma moderno. Pero «esto no significa que el cruce no fuese más extenso», decía el artículo. Hammer observaba: «Pensamos que hubo probablemente miles de acontecimientos de cruce. Sucedió de manera relativamente extensa y regular». Charles Q. Choi titulaba su informe sobre Live Science: «Los humanos tuvieron relaciones sexuales regulares con unos misteriosos parientes extintos en África». Como anteriores informes encontraron restos de ADN neandertal y denisovano en el genoma humano, esto significa que todos estos grupos, incluyendo el Homo erectus, eran capaces de cruce, y que por ello eran miembros de la misma especie.
El artículo de Choi incluía una cita de Hammer con una irónica referencia bíblica: «Tenemos que modificar el modelo estándar del origen del hombre en el que una sola población realizó la transición al estado anatómicamente moderno de manera aislada —un huerto del Edén en alguna parte de África— y reemplazó a todas las otras formas arcaicas tanto en África como fuera de África sin cruces», decía a Live Science. «Ahoratenemos que considerar modelos en los que hubo flujo genético a lo largo del tiempo», afirmaba, echando a un lado el modelo comúnmente aceptado.
Durmiéndose por las ramas: De pasada, una antropólogo se ha subido a las ramas para vivir con los chimpancés. Intentando determinar qué llevó a nuestros supuestos antecesores a descender de las copas de los árboles de la selva para pasar a dormir sobre el suelo, Fiona Stewart trepó a los nidos de los chimpancés, y durmió como ellos durante seis noches. Live Science publicaba las conclusiones; encontró que establecía una cierta distancia respecto de las aulladoras hienas y algo de reducción de las picaduras de insectos, pero, aparte de esto, no era más cómodo que dormir en el suelo. Con todo, ¿acaso su aventura «ayuda a explicar por qué los humanos primitivos rompieron la tradición de los chimpancés de dormir en los árboles», como lo prometía la reportera Stephanie Pappas?Sólo si uno está dispuesto a especular. Citando a Wiliam McGrew [Universidad de Cambridge], escribe que «se ha especulado quenuestros antecesores pudieron quedarse sobre el suelo durante la noche cuando tuvieron fuego, tanto porque el fuego es un elemento disuasivo contra los depredadores, y también porque da calor». Uno se pregunta por qué los chimpancés actuales no han llegado a captar esta gran idea después de seis millones de años.
1. Lepre et al., “An earlier origin for the Acheulian,” Nature 477 (
Esto es tan patético que llega a ser divertido. ¿Qué parte de los datos (descontando la cronología evolucionista como «dato») deja de ajustarse con Génesis? Pongamos los datos en una narración de una creación en un huerto del Edén original de un solo par humano, que se diversifica hasta el Diluvio, que luego se dispersa después de Babel, donde los grupos diversos acentúan sus rasgos por consanguinidad, pero todavía capaces de flujo genético como hombres verdaderos de un mismo fondo genético común, y todo concuerda.
Si uno elimina todos los gratuitos clichés evolucionistas del cuento darwinista y se limita a los datos, se hace patente que las personas han sido siempre personas, y los animales, eso, animales. Sucede que desde la ideología darwinista se fuerzan los datos en una secuencia progresiva ascendente. Pero no funciona. Una y otra vez, los paleoantropólogos en particular y los evolucionistas en general quedan perplejos. La biólogo Ann Coulter ha calificado con razón al darwinismo como «una religión de misterio de la Era Victoriana». Sal de esta secta, y busca el nuevo nacimiento.
Lecturas adicionales
Jerry C. Bergman:
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Arthur C. Custance:
- El Origen de las Naciones - Estudio sobre Génesis 10
- Las culturas primitivas: un reexamen del problema de su origen histórico
- Los restos fósiles del hombre primitivo, y el registro histórico del Génesis
- La falacia de las reconstrucciones antropológicas
Frank W. Cousins
Fuente: Creation·Evolution Headlines – Early Man Was Like Us
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2011 - www.sedin.org usado con permiso para: www.culturacristiana.org
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