Iconos de la evolución: Reseña y resumen
Iconos de la Evolucion Escrito por Jonathan Wells |
Reseña
Icons of Evolution (Regnery, 2000), del biólogo
molecular doctor Jonathan Wells, destaca cómo la mitología, las falsedades y
los fraudes dentro de los actuales círculos científicos pasan como evidencia en
favor de la evolución darwinista.
Icons of Evolution examina diez de los más
destacados argumentos que usan los neodarwinistas como ejemplos de evidencia en
favor de la evolución, y expone cómo cada uno de ellos es tergiversado y
abusado para apoyar la teoría darwinista del naturalismo.
«Los darwinistas dogmáticos afirman que nada en
biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución,» dice Wells, miembro
Senior del Centro para la Renovación de la Ciencia y de la Cultura del
Instituto Discovery.
«Luego tergiversan las evidencias para promover su
opinión. La verdad es que nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la
evidencia.»
De hecho, dice Wells, «resulta que la evidencia no
es evidencia en absoluto. A lo largo de la década pasada se han presentado
fraudes científicos conocidos como evidencia de evolución, como los dibujos
falseados de embriones de Haeckel y el mito de la polilla del abedul».
Muchos de los principales libros de texto de
biología para instituto y universidad presentan a los estudiantes con dibujos
de similitudes entre embriones de peces y de humanos, y afirman que estas
similitudes constituyen evidencia de que los peces y los humanos comparten un
antecesor común.
«Los embriólogos han sabido durante más de un siglo
que estos dibujos estaban falseados,» afirmó Wells. Se emplean fotografías de
polillas de colores claros y oscuros sobre troncos de árboles para enseñar a
los estudiantes cómo la selección natural alteró las proporciones de ambas
formas cuando los árboles se oscurecieron debido a la polución durante la
revolución industrial.
Desde la década de 1980, los científicos han sabido
que las polillas ni siquiera se posan sobre los troncos de los árboles, y que
todas las fotografías eran montajes, añadió Wells.
«En Icons of Evolution el doctor Wells ha denunciado
de manera brillante las exageradas pretensiones y engaños que han persistido en
los tratamientos de los orígenes en los libros de texto normativos de biología,
a pesar de evidencia contraria,» afirma el doctor Dean Kenyon, catedrático de
biología en la Universidad Estatal de San Francisco.
«Jonathan Wells nos ha hecho un gran servicio, tanto
a la comunidad científica como a los educadores y al público en general.»
Además de los dibujos fraudulentos de Haeckel y del
mito de la polilla del abedul, algunas de las otras falsas o engañosas imágenes
descritas de forma detallada por el doctor Wells en Icons of Evolution
incluyen:
* Una redoma de laboratorio conteniendo una
simulación de la atmósfera primitiva de la tierra, en la que chispas eléctricas
producen los componentes químicos básicos de las células vivientes;
* El árbol evolutivo de la vida, reconstruido de un
gran y creciente cuerpo de evidencia fósil y molecular;
* Estructuras óseas similares en el ala de un
murciélago, la aleta de una marsopa, la pata de un caballo y la mano de un
hombre, que indican su origen evolutivo a partir de un antepasado común;
* Las moscas de la fruta con un par extra de alas,
lo que muestra que las mutaciones genéticas pueden proveer los materiales
brutos para la evolución.
«Wells demuestra con pasmosa claridad que los
ejemplos de libro de texto que los darwinistas mismos han escogido como las
columnas de su teoría son todos ellos falsos o engañosos,» dice el doctor Michael
Behe, autor de La Caja Negra de Darwin y Catedrático de Ciencias Biológicas en
la Universidad de Lehigh en Pennsylvania.
«Este es uno de los libros más importantes que se
hayan escrito jamás acerca de la controversia evolucionista,» dice Phillip E.
Johnson, Catedrático de Leyes, Universidad de California en Berkeley, autor de
Proceso a Darwin y de The Wedge of Truth [La Cuña de la Verdad].
«Muestra cómo la devoción a la ideología darwinista
ha llevado a libros de texto repletos de falsas informaciones.»
El doctor Wells es Miembro Senior del Centro para la
Renovación de la Ciencia y de la Cultura del Instituto Discovery y posee un
doctorado (Ph.D.) en Biología Molecular y Celular de la Universidad de
California en Berkeley. Es autor del libro de inminente publicación en inglés
Icons of Evolution [Iconos de la Evolución] (Regnery, octubre 2000) y de la
obra Charles Hodge's Critique of Darwinism [La crítica de Charles Hodge al
darwinismo] (Edwin Mellen Press, 1988).
Opiniones acerca de Icons of Evolution
Los dirigentes científicos nos dicen que la ciencia
es la búsqueda de la verdad, y que la ciencia no puede coexistir con mentiras.
Todos damos por supuesto que los textos contienen sólo unas pocas erratas y
unos errores factuales menores. Pero, ¿es esto realmente así? El público
debería ser consciente de cómo los libros de texto por todo nuestro sistema
educativo abusan de estos iconos, y al afrontar esta cuestión, Wells ha hecho
un gran servicio al público. Sus argumentos son fáciles de seguimiento para el
gran público. Sin embargo, la extensa cobertura de todos los iconos del
darwinismo en los distintos campos de la biología, con extensas notas de
investigación, hace de este volumen una valiosa obra de referencia para el
biólogo profesional. Icons of Evolution es una lectura obligada para todos los
que tengan un interés en la ciencia, y especialmente en los argumentos en favor
y en contra del darwinismo.
Paul Chien, Departamento de Biología, Universidad de
San Francisco
Jonathan Wells nos ha hecho un gran servicio, tanto
a la comunidad científica como a los educadores y al público en general. En
Icons of Evolution ha denunciado de manera brillante las exageradas
pretensiones y los engaños que han persistido durante décadas en tratamientos
estándar de los libros de texto de biología sobre orígenes, a pesar de la
evidencia en contra. Estas pretensiones han sido repetidas con tanta frecuencia
que parecen irrefutables, esto es, hasta que uno lee el libro de Wells.
Dean H. Kenyon, Catedrático de Biología, Universidad
Estatal de San Francisco
Jonathan Wells demuestra con pasmosa claridad que
los ejemplos de libro de texto que los darwinistas mismos han escogido como las
columnas de su teoría son todos ellos falsos o engañosos. ¿Qué implica ello
acerca de sus criterios científicos? ¿Por qué debería ahora nadie creer en
ninguno de sus otros ejemplos?
Michael J. Behe, Catedrático de Ciencias Biológicas,
Universidad de Lehigh, Pennsylvania
Resumen
Íconos de la evolución
Dr. Ray Bohlin
Mentiras y distorsiones que se hacen pasar por
verdad en los salones de la ciencia
Prácticamente todos tuvieron que estudiar Biología
en la escuela secundaria, y muchos que fueron a la universidad probablemente
tomaron un curso de introducción a la Biología como materia optativa, si no era
un curso inicial para especializarse en Biología. En la mayoría de estos
cursos, principalmente porque estaba incluido en el libro de texto, había una
sección sobre la evolución. Por lo tanto, la mayoría de las personas con
educación secundaria o superior están familiarizadas con las evidencias y
ejemplos más populares que han estado usando prácticamente todos los libros de
texto por décadas. Estos incluyen la historia de la polilla moteada para la
selección natural, los pinzones de Darwin como ejemplo de especiación adaptable
y el ubicuo libro de la vida con su sugerencia de un ancestro común de todas
las formas vivas.
Estas conocidas evidencias de la historia de la
evolución de principios de nuestra cultura del siglo XXI son las que menciona
Jonathan Wells (Ph.D., UC Berkeley, biología molecular y celular; Ph.D., Yale
University, estudios religiosos) como los "íconos de la evolución"
(Icons of Evolution), en su libro homónimo (Regnery Publishing, 2000). Wells se
centra en diez de estos íconos, y los expone meticulosamente como falsos,
fraudulentos o, en el mejor de los casos, engañosos. Muchas de estas
dificultades han sido señaladas anteriormente y son conocidas para unos pocos,
pero Wells agrega un nivel de sofisticación y los presenta de una forma que
seguramente captará la atención de todos en el medio educativo. Este libro no
es un pedido a favor de la creación en las escuelas o una diatriba selectiva y
criticona en contra de detalles triviales. Es un ataque frontal contra algunas
de las "pruebas" más apreciadas y reverenciadas de la historia de la
evolución. No faltará la controversia con relación a esta puesta en evidencia
bien escrita y apoyada por una amplia investigación.
Si estos "íconos" son la mejor evidencia a
favor de la evolución, o al menos los más fáciles de explicar, entonces uno se
queda pensando cuál podría ser el futuro de la enseñanza evolucionista. Aun
más, ¿qué futuro podría haber para la evolución misma?
Wells comienza con un ícono que tiene que ver con el
principio mismo, el experimento de Miller-Urey. Este pretende demostrar que las
moléculas necesarias para la vida podrían haber surgido mediante simples
reacciones químicas en la tierra primitiva. El experimento de Miller-Urey usa
una atmósfera de gases reducidos: amoníaco, metano, vapor de agua e hidrógeno.
Luego agrega un poco de energía en forma de chispas, y produce, en palabras de
Carl Sagan: "la materia de la vida". El experimento, de 1953, ha
estado con nosotros por casi cincuenta años. El problema es que al menos
durante los últimos veinticinco años los investigadores del origen de la vida
se han dado cuenta de que esta atmósfera no refleja la de la tierra primitiva.
Muchos libros de texto reconocen esto de mala gana, pero igualmente incluyen el
experimento. Uno solo puede conjeturar la razón: ninguna otra atmósfera
simulada funciona. Supongo que los escritores de los libros de texto quieren
sugerir que, ya que "sabemos" que alguna forma de evolución química
ocurrió, ¡están justificados en no representar los hechos correctamente!
El árbol de la vida, la homología y los embriones de
Haeckel
El libro de la vida es omnipresente en la literatura
evolucionista. La idea de que toda la vida desciende de un único ancestro común
miles de millones de años atrás es como muchos definirían la evolución. Pero la
evidencia real argumenta en contra de cualquier ancestro común único de este
tipo, y la mayoría de las formas de vida animal aparecen repentinamente en lo
que se conoce como la "explosión del Cámbrico", casi 543 millones de
años atrás según el tiempo evolucionista. El Cámbrico documenta formas de vida
tan divergentes que uno pronosticaría un registro fósil que cubra millones de
años solo para documentar las muchas transiciones requeridas desde el primer
ancestro animal multicelular. Las estimaciones actuales sugieren que este
cambio tuvo lugar en menos de 5 a 10 millones de años. Sin embargo, el árbol de
la vida, que documenta cambios graduales y lentos, persiste.
Otra evidencia crítica a favor de la evolución a lo
largo de los años han sido las estructuras homólogas. Las extremidades
delanteras de todos los mamíferos -por cierto de todos los vertebrados, desde
los murciélagos a las ballenas a los caballos y a los humanos -- poseen la
misma estructura ósea básica. Esto se suele presentar rutinariamente como evidencia
de que descendemos de un ancestro común. Las diferentes formas simplemente
cuentan distintas historias de adaptación, que resultaron en sus funciones
características basadas en el mismo fundamento básico. Lo que causa
perplejidad, primeramente, es una confusión de definiciones. La homología se
define como estructuras que surgieron de un ancestro común. (1) Pero entonces
la homología no puede ser usada como evidencia a favor de la evolución. Algo
está bastante mal, pero la ortodoxia de los libros de texto con relación a la
homología sigue perpetuando un mito que ha sido expuesto durante décadas.
Segundo, las supuestas estructuras homólogas no surgen necesariamente a través
de caminos de desarrollo comunes o genes similares.
A continuación, Wells pone su atención al que es
probablemente el ícono más inexcusable de todos: las similitudes entre los
embriones de vertebrados señaladas por Ernst Haeckel en el siglo XIX y usadas
por Darwin en El origen de las especies como una poderosa evidencia a favor del
una ascendencia común. Los embriones de vertebrados de Haeckel se muestran
pasando por una etapa asombrosamente similar a principios de su desarrollo, y
solo más adelante divergiendo hacia la forma específica. Este pasaje a través
de una forma común a principios del desarrollo fue considerado como una obvia
evidencia a favor de un "comunidad de descenso". Sin embargo, una vez
más, la evidencia se convierte en un obstáculo.
Desde antes de iniciado el siglo XX, los embriólogos
han sabido que Haeckel distorsionó la evidencia. Los embriones de los
vertebrados nunca pasan por una etapa similar. Es más, Haeckel pasó por alto el
hecho de que las primeras etapas del desarrollo embrionario entre clases de
vertebrados recorren caminos notablemente distintos para llegar a esta etapa
intermedia supuestamente similar. El fraude fue "redescubierto"
recientemente, si bien la mayoría de los embriólogos han estado conscientes de
la inexactitud todo el tiempo. Esto demuestra la longevidad aun de la evidencia
falsificada, debido a su atracción persuasiva aun en los sacrosantos salones de
la ciencia. Tal vez los científicos sean humanos, después de todo, seducidos
por un fraude simplemente porque ofrece un argumento tan bueno a favor de una
teoría atesorada.
La polilla moteada
Probablemente el patriarca de todos los íconos de la
evolución sea la historia de la polilla moteada. En la Inglaterra
preindustrial, la polilla moteada era común en las colecciones de los
entomólogos. Para la década de 1840, una forma oscura o melánica estaba
aumentando en su frecuencia en las poblaciones de toda Inglaterra. Para el año
1900, la forma melánica llegaba al noventa por ciento en algunas poblaciones.
En la década de 1950, experimentos de Bernard Kettlewell establecieron
claramente que este cambio de frecuencia de una variedad moteada a una variedad
oscura se debía a dos factores.
Primero, la superficie de los troncos de los árboles
había cambiado, de una superficie irregular de manchas cubierta de líquenes a
una apariencia oscura y uniforme, debido a los crecientes niveles de
contaminación. La contaminación mató los líquenes y cubrió los troncos de los
árboles de hollín. Segundo, la variedad moteada estaba camuflada de la
depredación de las aves sobre los troncos de árboles cubiertos de líquenes, y
la variedad melánica estaba camuflada sobre los troncos de árboles oscuros. Por
lo tanto, el cambio de la variedad moteada a la melánica se debía a la
selección natural, que actuaba a través de la depredación selectiva de las aves
a medida que los árboles cambiaban de una corteza cubierta de líquenes a otra
cubierta de hollín. Luego, con normas de calidad de aire más estrictas, los
líquenes están volviendo y la variedad moteada, previsiblemente, está volviendo
con fuerza.
La historia de la polilla moteada se volvió
legendaria como un ejemplo clásico de la selección natural darwiniana. Pero, 20
años después del trabajo de Kettlewell, comenzaron a aparecer las rajaduras.
Pronto se notó que el cambio característico de la forma moteada a la oscura
ocurría en zonas donde los líquenes todavía crecían sobre los troncos de los
árboles. En otras zonas, la forma oscura comenzó a decrecer antes que los
líquenes comenzaran a volver a los árboles. Un patrón similar de cambio, de una
forma clara a una forma oscura se observó en los escarabajos llamados vacas de
San Antón. A las aves no les gustan las vacas de San Antón. Por lo tanto, la
depredación queda descartada como el selector. ¡Todo comenzó a desentrañarse
cuando se observó que las polillas moteadas nunca descansan sobre troncos de
árboles!
En esencia, todas las fotografías de polillas sobre
troncos de árboles fueron simuladas usando polillas muertas o letárgicas. No
están activas durante la luz del día. Si ese fuera el caso, ¿cómo podrían las
aves encontrarlas jamás sobre los troncos de los árboles? Kettlewell soltó sus
polillas en sus experimentos de marca-recaptura-depredación en horas de luz de
día, cuando las polillas están inactivas naturalmente. Simplemente buscaron el
lugar de descanso más cercano (troncos de árbol, en su estado aletargado), y
las aves se comieron las polillas no camufladas. Todavía no sabemos exactamente
dónde descansan las polillas o si los líquenes cumplen algún papel
significativo en la historia. Sin embargo, muchos biólogos insisten en que la
historia tradicional constituye un buen ejemplo de la evolución en acción. "Comunicar
las complejidades solo confundiría a los alumnos", dicen. De nuevo, ¡los
ejemplos defectuosos pero atesorados persisten porque simplemente son demasiado
buenos como para no ser verdaderos!
Aves, dinosaurios, moscas de la fruta y la evolución
humana
El Archaeopteryx, un ave con apariencia de reptil,
ha sido proclamado por mucho tiempo como un ejemplo clásico de una verdadera
forma transicional ancestral. El cambio improbable de reptil a ave ha sido
preservado en forma de fotografía en este notable fósil de Alemania.
ElArchaeopteryx, con un esqueleto de reptil preservado maravillosamente, con
alas y plumas, era el sueño del paleontólogo. Esto explicaría ciertamente por
qué el ha encontrado un lugar en prácticamente todos los libros de texto. Pero
el Archaeopteryx se ha topado con la realidad. Como ocurre con tantas
transiciones percibidas, es considerado universalmente hoy como solo un ave
extinta, una primitiva rama del verdadero ancestro.
Sorprendentemente, dinosaurios similares a las aves
de períodos geológicos muy posteriores son considerados como los verdaderos
antecesores. Esto está basado en similitudes estructurales, a pesar de su
existencia posterior al Archaeopteryx. No importa que el hijo exista antes que
el padre. Algunos están tan enamorados que las aves son solo los dinosaurios
emplumados de hoy. El National Geographic fue encontrado recientemente con la
cara colorada por hacer pasar un fósil de dinosaurio/ave fraudulento por
auténtico en sus páginas. Los científicos han llegado a aceptar evidencia
molecular que indica una coincidencia idénticaentre el ADN del pavo y el ADN
del Triceratops. No importa si la coincidencia idéntica del ADN sea más
probablemente resultado de la contaminación de un sándwich de pavo en el
laboratorio y que el Triceratops se encuentre el la familia de dinosaurios
equivocada para la evolución de las aves. Tal es el poder de querer creer que
su teoría es verdadera.
En los siguientes cuatro capítulos, Wells se ocupa
de los conocidos íconos de Darwin, los pinzones, los fósiles de caballos, las
moscas de la fruta mutantes de cuatro alas, y el ícono supremo: los diagramas
del cambio progresivo desde criaturas similares al mono a seres humanos plenos.
Como los anteriores, estos íconos resultan ser mucho menos de lo que sugieren
los libros de texto. En cada caso, como en los seis discutidos previamente, hay
suficientes expertos dispuestos a exponer la falta de evidencia para cada
ícono. Pero permanecen como elementos básicos en el arsenal de evidencias a
favor del proceso evolucionista. Los fósiles de caballos y la evolución humana
resultan ser también indicadores de la dificultad que tiene la evolución para
separar preferencias filosóficas de las conclusiones sacadas de la evidencia.
En el caso de los escritores de los libros de texto,
ocurre una de dos cosas: o ignoran los datos actuales -- lo que lo lleva a uno
a ser escéptico con relación a la precisión del resto del libro de texto -- o
están voluntariamente distorsionando la evidencia a fin de presentar un frente
unido en cuanto a la objetividad de la evolución. Lamentablemente, para
nuestros niños, Wells puede ofrecer citas directas que indican que al menos
algunos no ven problema alguno en incluir datos engañosos o falsos a fin de
establecer una proposición. Después de todo, sabemos que la evolución es
verdadera, así que solo porque no tengamos historias fáciles para contar, no
significa que no estén allá afuera esperando ser contadas.
Reacciona la comunidad académica científica
El razonamiento detrás de estos íconos de la
evolución expone gran parte de la historia clásica de la teoría evolucionista
como mitología más que ciencia. Y si estos diez íconos han sido considerados
como la mejor evidencia a favor de la evolución, toda la historia necesita ser
cuestionada y tiene que rendir cuentas ante la evidencia. Será interesante
observar la reacción de la comunidad evolucionista ante estas revelaciones.
El propagandista evolucionista Eugenie Scott habría
ya predicho que el libro será un "verdadero dolor en el trasero" para
los profesores de Biología. ¿Podrá la comunidad científica responder con un mea
culpaapropiado, o habrá una batería de excusas y ofuscaciones? Predigo lo
último. En los últimos diez años, el sistema evolucionista ha estado dedicando
un gran esfuerzo a demostrar que la evolución está confirmada en tal grado como
para estar más allá del disenso racional. Organizaciones como National Academy
of Sciences (Academia Nacional de Ciencias),National Association of Biology
Teachers (Asociación Nacional de Profesores de Biología) yNational Center for
Science Education (Centro Nacional para la Educación de Ciencia) han hecho
mucha presión a favor de la integridad científica de la historia evolucionista
clásica. Han sostenido la mayoría de estos diez íconos, si no todos, como las
principales columnas de la evidencia inexpugnable a favor de la evolución.
La evolución es el principal fundamento de la
cosmovisión naturalista, presentada por muchos en la comunidad académica como
la única visión científica -- y, por lo tanto, objetiva -- de la realidad. Sin
la evolución, el naturalismo filosófico no puede sostenerse. Como ha dicho
Richard Dawkins, Darwin hizo posible que uno fuera un ateo intelectualmente
satisfecho.(2) Sin la evolución, la cosmovisión naturalista está en serios
problemas. Por lo tanto, se puede esperar que la comunidad científica se
reconcentre ferozmente detrás de la historia de la evolución. Cómo lo harán
exactamente, será muy interesante de ver. Icons of Evolutionayudará a sacar al
sistema evolucionista de detrás del bastión protector de su autoridad y
forzarlo a defender su teoría en base a la evidencia. Esta es una lucha que
creo que deberá perder con el tiempo ante el tribunal de la opinión científica
y pública.
Hay dos problemas menores pero desafortunados con el
texto. El primero, en realidad un problema de diseño del libro, tiene que ver
con la dificultad para encontrar las inscripciones de algunas ilustraciones y
distinguirlas del texto común. El segundo, tiene que ver con una discusión
innecesariamente incendiaria sobre el apoyo monetario que recibe la evolución
de dos instituciones apoyadas por impuestos de EE.UU.: National Institutes of
Health y National Science Foundation. Si bien la discusión de Wells es precisa,
aparece como envidia, y podría brindar un blanco conveniente para que los
propagandistas evolucionistas descarten el libro sin tratar la evidencia.
Aparte de estos problemas, Icons of Evolution es una
obra trascendental, y merece ser leída y estudiada por todos quienes tengan un
interés en la controversia que rodea no solo la enseñanza de la evolución sin
también la teoría de la evolución misma.
Notas
1.
"El término 'explosión' no debería tomarse demasiado literalmente,
pero en términos de la evolución sigue siendo muy dramático. Lo que significa
es una rápida diversificación de la vida animal. 'Rápida', en este caso,
significa unos pocos millones de años, comparado con las decenas o aun centenas
de millones de años que son más típicos . . ." Simon Conway Morris, Crucible of Creation,(Oxford: Oxford University
Press) 1998, p. 31.
2. Richard Dawkins, The Blind Watchmaker, New
York, NY: W. W. Norton, 1986, p. 6.
© 2001 Probe Ministries. Todos los derechos
reservados.
Traducción: Alejandro Field Para el breve resumen
del libro.
La reseña es de la fuente:
http://www.creacionismo.net
Recopilación Edgar Ramírez para:
www.culturacristiana.org
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